“Considero que mi trabajo ha triunfado porque me exijo calidad, eficacia, buena atención y responsabilidad”
De 27 años de edad, Ángela Janely Alvarado comparte su pasión por el diseño de accesorios artesanales. Desde muy pequeña le gustó el dibujo por lo que decidió inscribirse en la carrera de arquitectura de la cual es pasante en la actualidad.
Su idea de negocio surge dos años atrás después de atravesar por una situación económica difícil, buscando generar ingresos sin descuidar a sus dos hijos. Inició elaborando ganchos y diademas, a los 2 meses continuó con un curso de bisutería, y así fue como inició con su empresa. Su principal reto fue demostrarse a sí misma que podría lograrlo y que su proyecto crecería con dedicación poniéndolo todo en manos de Dios antes que todo.
Arrancó con el apoyo de su familia logrando clientes en Tegucigalpa, San Pedro Sula y Comayagua. Fue invitada a recibir un curso de bisutería por parte de una institución de la Esperanza, Intibucá (FUNIDE) y así fue como impuso su toque personal y diferente a sus creaciones, utilizando telares lencas, pino, barro y granos de café tostado.
Al principio la aceptación en el mercado de la bisutería lenca fue difícil, se apoyó de ferias y de las redes sociales para exponer sus productos y lograr contactos que le permiten hoy exportar sus diseños a clientes en el extranjero y hacer envíos a toda Honduras.
Dentro de sus planes cercanos está en disponer de un local fijo para ventas y un taller para poder impartir cursos y generar empleo e ingresos a muchas mujeres que son a su vez madres solteras.
Nos comenta que el ser madre y pequeña empresaria, exige tiempo y dedicación extra, pero es cuestión de organizarse con los horarios, el trabajo no es impedimento para no dedicar tiempo a los hijos y a uno mismo.
“Confiemos en nuestras capacidades, somos un sexo fuerte y capaz de salir adelante por nosotras mismas sólo es proponernos metas y tener claro que es lo que queremos en nuestras vidas y hacia dónde vamos. No permitamos que nadie nos humille y nos mire de menos por fracasos o equivocaciones, errar es de humanos, rectificar es de sabios”