La importancia de la educación sexual en casa

(Por: Issis Romero)

La educación sexual desde la infancia, permite a las personas no solo tener conocimientos sobre su sexualidad y derechos que los protegen de abusos sexuales, sino también la autonomía y el disfrute de su sexualidad a voluntad y responsablemente.

En la actualidad la educación sexual familiar es prácticamente nula, por lo que los padres suelen relegar estos temas a las escuelas, aun así, según la Unicef muchos niños comienzan sus actividades sexuales entre los 12 y 13 años. Es frecuente confundir y reducir el significado de la sexualidad a la genitalidad.

La genitalidad, aunque importante, solamente es una parte de la sexualidad. También es frecuente simplificar el concepto sexualidad limitándolo a la copulación y fecundación. De estas confusiones se deriva la negación de algunos de los padres a que sus hijos reciban educación sexual en la escuela.
Cuando hablamos de sexualidad nos referimos a: la identidad, la diversidad, la dignidad de los seres humanos, consideradas en la particularidad de cada momento y contexto social; las emociones y sentimientos presentes en el modo de vivir, cuidar, disfrutar, vincularse con uno mismo y con el otro y respetar el propio cuerpo y el cuerpo de otras personas a los largo de toda la vida; el conocimiento y la percepción que tenemos sobre nuestro cuerpos socialmente construidos; la capacidad que desarrollamos de decir que sí, que no, frente a determinadas situaciones, el modo en que construimos con otros las relaciones afectivas, nuestras fantasías y deseos. Todo ello hace una sexualidad integral.

La existencia de embarazos no deseados, sobre todo embarazos en adolescentes, abortos inducidos en situación de clandestinidad y sin garantías sanitarias de seguridad para la prevención de infecciones de transmisión sexual (como el VIH-sida) ha dado un sentido de urgencia a la educación sexual prácticamente en todo el planeta.

En muchos países todavía tiene importancia la virginidad femenina, y la educación sexual impartida en las escuelas promueve la abstinencia como el único método para evitar el embarazo y las infecciones de transmisión sexual. Estas prácticas educativas chocan con cifras que muestran una alta incidencia de embarazos no deseados en adolescentes en esos países y el nuestro no queda atrás.

¿Cuándo y de qué hablar?
Es mejor comenzar a hablar con nuestros hijos sobre la sexualidad en los primeros años de su niñez, aunque si no lo has hecho, nunca es demasiado tarde para empezar. Puede resultar incómodo al principio, pero con el tiempo y la práctica resulta más fácil. Existen muchas y diferentes formas de iniciar conversaciones sobre sexo y sexualidad incluyendo una amplia gama de temas, como el cuerpo masculino y el cuerpo femenino, cómo funcionan, el desarrollo humano, la reproducción, tipos de relaciones, en qué consisten una relación sana y una enfermiza, conducta sexual, cómo evitar el embarazo y cómo prevenir las enfermedades de transmisión sexual.

Los padres que hablan con sus hijos realmente hacen que la experiencia sea diferente. Además, los adolescentes que relatan tener buenas conversaciones con sus padres acerca de sexo son más propensos a posponer la actividad sexual, a tener menos parejas y a usar preservativos y otros métodos anticonceptivos cuando tienen relaciones sexuales.

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