(POR: DRA. MABEL AGUILERA-MAZZONE)
Todos queremos obtener salud mediante nuestra alimentación, pero la realidad es que no nos alimentamos saludablemente por “falta de tiempo”, incomodidad y por la poca y confusa información que tenemos de la dieta saludable.
La palabra “Dieta” viene del griego “Diaita”, es decir “Estilo de vida”, lo que sería comer sano, moverse cada día, dormir placenteramente, no fumar y demás. La palabra dieta, actualmente se asocia a restricción, a pasar hambre y no morir en el intento, cosa que es completamente perjudicial. Entonces dieta es un estilo de vida, cualquiera que sea, sano o no tan sano. Si usted esta leyendo este artículo, es porque le gustaría perder peso, pero resulta que el camino para perder peso tiene muchas trampas. Como es lógico, primero hay que eliminar las trampas, es decir los fraudes que nos acechan y que los borre de su mente.
Estos fraudes es la mucha desinformación, las mentiras o las medias verdades en el área de la salud y en particular con el tema de la alimentación. Usted también se preguntará, que hago para no ser víctima de un fraude sanitario en el tema de alimentación, pues tome en cuenta lo siguiente:
- No juzgar ni juzgarse por tener sobrepeso u obesidad, pues es una enfermedad cuyo origen se escapa del control de la persona que la padece, la persona se desespera y compra o hace cualquier “absurdo de moda” que le vendan para bajar de peso.
- El peso perfecto no existe, pueden haber dos personas de igual perfil y con peso saludable, y puede que haya hasta 10 kg de diferencia entre ambas.
- Pretender que las verduras y frutas engordan, es una barbaridad, como decir que “para que llueva debemos sacrificar a alguien”.
- Los fármacos para bajar de peso deben ser prescritos solo por su médico y no son para todas las personas.
- Y si toma estos fármacos, debe ser para ayudarse en el proceso de aprender un nuevo estilo de vida, si no, el rebote se presentará con creces.
- Los productos para perder peso en tiendas de dietética no están demostradas su eficiencia o daños a la salud a corto, mediano o largo plazo.
- Los “productos naturales” pueden no contener lo que dice en la etiqueta, pueden interaccionar con fármacos que este tomando o tener efectos secundarios inesperados.
- Una dieta fraudulenta es eficaz a corto plazo, donde se pierde agua y músculo, no grasa; el peso se recupera de manera inevitable y va en ascenso: difícil de revertir.
- Una dieta baja en calorías, se paga con intereses el rebote que tendrá.
- El premio que da usted a su cuerpo, si lleva a cabo varias dietas absurdas, es perder la salud a futuro.
- El “test de sensibilidad alimentaria” no es válido, solo sirve para una cosa: enriquecer a quien se lo hace.
- La dieta “según el grupo sanguíneo”, también le están engañando, no es cierta.
- Deje aun lado el mito que los carbohidratos engordan, cualquier dieta que lo proclame: elimínela.
- Una dieta con carbohidratos complejos (leguminosas, cereales y sus derivados) es la que protege su salud.
- De igual forma, deje atrás, aquellas dietas que proclamen que el uso excesivo de carnes, embutidos o derivados animales y que no afecta la salud, pues si la afecta: desde padecer obesidad o llegar al cá
- Las propuestas dietéticas “disociadas”, donde separan los alimentos en buenos y malos también son inútiles y dañinas.
- El tratamiento de la obesidad, como el de cualquier otra enfermedad hay que dejarlo en manos de los expertos en el tema. Se dejaría usted operar de una apendicitis, con una persona que no es cirujano?
Actualmente trabajo con mis pacientes en control de peso, con el lema de “NO MÁS DIETAS”, en mis tantos años de práctica médica, he aprendido que las dietas no funcionan a mediano y largo plazo, que lo que si funciona es enseñar al paciente un nuevo estilo de vida adaptado a su perfil físico, psicológico, social, económico y religioso en algunos casos, para que la persona pueda controlar sola su peso con placer y sabiduría.