(Por: Elena Valor)
elenavalor.com
Con la proximidad de estas fechas se producen sentimientos encontrados. Por un lado están los que ven la Navidad como una época entrañable, de reunirse con toda la familia, saborear de nuevo los deliciosos guisos de mamá, disfrutar con los más pequeños y ver como ponen los ojos como platos al descubrir su regalos.
Por otra, los que aborrecen los machacones villancicos que vomitan sin parar los altavoces de los centros comerciales, las lucecitas, los pobres desempleados que, por pocos días, se cuecen dentro de disfraces de Santa Claus, la fiebre consumista sin sentido que nos apresa a todos y nos hace gastar mucho más allá de la paga extraordinaria.
Pero hoy quiero ser constructiva y poner el foco en que intentemos aprovechar lo bueno que tienen estas fiestas y dar una vuelta de tuerca para conseguir unas navidades más conscientes, menos derrochadoras y más felices para todos.
En medio de la vorágine del low cost y del “mejor desechar y comprar nuevo que reparar” nos vemos abocados a las compras compulsivas en todos los momentos del año. En navidad y año nuevo además, estamos obligados a hacer regalos a los más cercanos, pero también a más lejanos, a compañeros y conocidos con los que apenas tenemos contacto. Al menos en España se ha institucionalizado en la mayoría de compañías el “Regalo del amigo invisible”, un “detalle” comprado para algún colega del trabajo que no sabrá quien se lo regaló y que también tiene que comprar uno.
Al final regalamos y nos regalan cosas que jamás utilizaremos y terminarán en el fondo de un cajón. Aunque siempre existe la posibilidad de lo que en México llaman “hacer un roperazo” que es regalar algo que te regalaron y que nunca usaste. Aunque puede resultar una actitud discutible, siempre me ha parecido una excelente manera de reutilizar cosas que para nosotros son inútiles.
“Al final regalamos y nos regalan cosas que jamás utilizaremos y terminarán en el fondo de un cajón.”
En mis clases de protocolo casi siempre dedico un capítulo especial a los regalos. Todos deseamos acertar y no gastar en exceso, pero para ello es imprescindible la reflexión. Con el regalo comunicamos quienes somos, cuánto nos importa la persona que deseamos agasajar y, sobre todo, cuánto tiempo nos ha llevado el elegirlo. Huyamos de comprar en en serie, de buscar algo solamente “correcto”, preocupémonos de ir un poco más allá, sorprendámosla. Esa persona lo merece ¿no? ¿Cuáles son sus gustos? ¿Qué color es su favorito? ¿Ha comentado en alguna ocasión que necesita algo en concreto? ¿Se le ha iluminado la mirada frente a un objeto expuesto en una vitrina? La labor de detective es imprescindible, pero de detective bueno ¿eh? Que no se nos note.
“En medio de la vorágine del low cost,y del ‘mejor desechar y comprar nuevo que reparar’ nos vemos abocados a las compras compulsivas”
Y por favor, para mamás, abuelas y amas de casa, evitemos los regalos del hogar, a todos nos gusta que nos regalen algo para nosotras mismas, no para seguir atendiendo a los demás, aunque lo hagamos con mucho gusto.
Cada vez más en Europa se está poniendo de moda los regalos personalizados o el mal llamado “do it yourself”, cosas hechas por uno mismo con todo el cariño: almohadones bordados, marcos con fotos de momentos especiales, prendas de ropa tricotadas o cosidas en casa, manualidades varias que además de útiles, tienen una carga extra de afecto.
“El mundo de la artesanía nacional está llena de bellezas que transmiten tradición, bien hacer y cuyo beneficio se queda en casa.”
Pero seguro que lo que no sobra, y menos en navidad, es el tiempo y no todo el mundo tiene la habilidad de hacer cosas con las manos. ¿Qué otras opciones tenemos? Antes que acudir al centro comercial y comprar a sacos objetos hechos en países orientales con todo el dolor y la explotación, que llevan consigo, miremos a nuestro alrededor. El mundo de la artesanía nacional está llena de bellezas que transmiten tradición, bien hacer y cuyo beneficio se queda en casa.
Desde Madrid os deseo Felices Regalos, Feliz Navidad y un 2017 lleno de cosas buenas.