- Francisco Martínez, de la aldea “El Ciprés”, municipio de Lepaterique, es uno de los principales proveedores de cilantro, rábano y cebollín para Walmart
Tegucigalpa, 11 de marzo de 2024. A sus 67 años de edad, Francisco Martínez solo ha vivido de la agricultura, habilidad y conocimiento que heredó de su padre y abuelo. Sentado en el corredor de su casa, en la aldea “El Ciprés”, municipio de Lepaterique, Francisco Morazán, don ‘Chico’ relata parte del camino recorrido que lo llevó a convertirse en un proveedor de Walmart.
Creció entre sembradíos de lechuga, repollo y zanahoria, cuya cosecha vendía al detalle en el mercado San Isidro de Comayagüela. Esa fue la actividad con la que apoyó a su progenitor y la que se convirtió en el sustento diario, cuando decidió formar familia hace más de 50 años junto a su esposa Mercedes Servellón.
Se lleva las manos a la cabeza y recuerda que fueron “dos monjitas” quienes le recomendaron vender su producto a alguna cadena de supermercados. Sin embargo, Francisco no conocía otro mercado que no fuera el informal, por lo que siguió con su día a día. Su sorpresa es que las dos religiosas no se quedarían de brazos cruzados y por iniciativa propia lo contactaron con un asociado de Walmart que le explicó los pasos a seguir para convertirse en un proveedor.
De agricultor a proveedor
“Estaba nervioso, pero alisté mis lechugas en unas canastas, pagué un viaje porque no tenía carro y las llevé a Walmart, a ellos les pareció mi producto, pero aparte de eso, un ingeniero comenzó a hablar conmigo, me hizo unas recomendaciones y a los pocos días me visitó para conocer mis tierras y me recomendó que cultivara el cilantro”, recuerda el agricultor.
Fue a inicios del año 2012 cuando don Francisco se convirtió en beneficiario del programa “Tierra Fértil” de Walmart, el cual brinda apoyo a pequeños y medianos productores agrícolas con acceso al mercado, precios justos, compras directas y asesorías.
El cilantro o culantro de castilla se convirtió en el producto estrella con el que el agricultor inició como proveedor y eventualmente sumó otros productos como repollo, remolacha, zapallo y malanga. “Fue un gran cambio para mí porque se trataba de un mercado seguro, ya no tenía que ir a luchar y malvender mi producto en el mercado informal, ya trabajábamos con el comprador asegurado, además, en Walmart nos enseñaron buenas prácticas desde el cultivo, hasta el traslado y entrega del producto”, relató don Francisco.
Una empresa en crecimiento
Ante la demanda, el productor incorporó al negocio a sus seis hijos, algunos nietos y además contrató a 10 trabajadores permanentes. Logró comprar un transporte de trabajo y su vehículo personal. Sus dos manzanas de tierra, heredadas por su padre, se convirtieron en una próspera producción de cilantro, rábano y cebollín.
En 2019, don Francisco y su empresa, alcanzó una entrega de 26,071 bultos de sus productos. Sin embargo, el 2020 trajo consigo desafíos sin precedentes: la pandemia y las devastadoras condiciones climáticas por los huracanes Eta y Iota, afectaron drásticamente sus cosechas. Ese año, su producción disminuyó a 14,307 bultos. Pese a ello, con el apoyo de su familia, no se dio por vencido, siguió trabajando y en 2023 resurgió entregando 51,135 bultos de producto.
“Los ingenieros de Walmart siempre nos estuvieron haciendo recomendaciones para mejorar la producción, diversificar cultivos y combatir las plagas, eso nos motiva a no darnos por vencidos, incluso yo quiero seguir trabajando hasta que mis fuerzas me lo permitan”, afirma don Francisco.
El emprendimiento cambió el estilo de vida de la familia y la comunidad. Actualmente brindan empleo permanente a 16 personas y en temporada alta se llega a contratar a unos 20 empleados más. Don Francisco destina el 80% de su producción para Walmart y afirma que sus hijos: Alfonso, Elías, Felipe, Pablo, Daniel y Raymundo, tienen el compromiso de seguir como proveedores.
“Ser proveedor de Walmart es algo que no imaginé, pero con mucho trabajo, entrega y paciencia se puede lograr, yo soy un campesino y no conocía mucho de técnicas y Walmart se convirtió en la escuela que no tuve, esa educación a la que pude tener acceso y que se ve reflejada en la calidad de producto que ahora podemos ofrecer”, concluye don Francisco.